Son los ojos la puerta de entrada al misterio, aquello que obsesiona al narrador, que le anuncia la presencia de una realidad diferente, puntos de oro, de fuego, de dulce y terrible luz, que miran y son mirados. El ojo como misterio que desvela realidades insondables y permite el tránsito a otros mundos. El ojo surrealista.
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