El final del texto nos abre las puertas a una última vuelta de tuerca:
Me consuela pensar que acaso va a escribir sobre nosotros, creyendo imaginar un cuento va a escribir todo esto sobre los axolotl.
La reflexión sobre la escritura cierra definitivamente el relato pues sobre ello versaba, en el fondo, toda la ficción ideada por Cortázar. El escritor creerá imaginar un cuento cuando en realidad -¿realidad?- ha vivido una obsesión que ha conseguido exorcizar a tavés del axolotl. La escritura pues, nace de la obsesión y libera de la misma. El axolotl convertido en literatura se convierte en fetiche mágico que libera -al autor y al lector- de estar condenados a una reflexión deseperada. Una magnífica definición de la literatura.
Me consuela pensar que acaso va a escribir sobre nosotros, creyendo imaginar un cuento va a escribir todo esto sobre los axolotl.
La reflexión sobre la escritura cierra definitivamente el relato pues sobre ello versaba, en el fondo, toda la ficción ideada por Cortázar. El escritor creerá imaginar un cuento cuando en realidad -¿realidad?- ha vivido una obsesión que ha conseguido exorcizar a tavés del axolotl. La escritura pues, nace de la obsesión y libera de la misma. El axolotl convertido en literatura se convierte en fetiche mágico que libera -al autor y al lector- de estar condenados a una reflexión deseperada. Una magnífica definición de la literatura.
2 comentarios:
Estupendo trabajo cronopios, casualmente en mi chiringuito publique algo al respecto de este cuento. Saludos
Recién redescubierto el axolotl, en un acuario magnífico de la ciudad de Guadalajara, en México, el recuerdo de la vivido en ese cuento de Cortázar era inevitable. La fascinación y el terror morboso, me dejó clavado. La despedida casi con culpa, procurando no fijar demasiado la vista en los ojillos ...
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